Eduardo Preller y su esposas Olga pasaron sus últimos años en Niebla, el lugar en donde cultivaba su huerto y pasaba sus días inmerso en su taller, pintando los ramos de flores que su hija Pilli le traía de la feria fluvial.Muchas de las obras que se presentan en la exposición recogen paisajes costeros retratados en épocas diversas.
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